Las aventuras de Gerónimo Ustarroz en Bolivia, lo que financiamos con nuestros impuestos
Gerónimo Ustarroz, hermano del intendente de Mercedes Juan Ignacio Ustarroz, es un personaje cuyo carácter siniestro está subestimado.
El es símbolo de la destrucción de independencia de poderes en nuestro país, símbolo de la injerencia del Poder Ejecutivo en el Poder Judicial. Porque es hermano de nuestro intendente y del Ministro del Interior Wado De Pedro, líderes camporistas con intereses propios de su partido político que no deberían tener influencia en el mismo sistema que debe juzgar sus actos de corrupción como la tienen con Geronimo Ustarroz y sus colegas (y como también la tiene la oposición con sus respectivos títeres) y porque también es una pieza más del nepotismo que caracteriza a la familia Ustarroz-De Pedro-Révora (3 apellidos para una única familia).
Recientemente Noticias Mercedes reportó que con su voto, junto al bloque kirchnerista del Consejo de Magistratura Gerónimo Ustarroz cerró casos de obvia corrupción contra jueces acusados de encubrir a funcionarios corruptos y cuyos patrimonios excedían las posibilidades de sus salarios, me refiero a los jueces Canicoba Corral y Luís Rodríguez.
Habiendo presentado a nuestro vecino, operador político encargado de violar constituciones, quería recordar los cargos que el y su compañero Santiago Euguren (hoy Director del Programa de Protección de Testigos) enfrentan tras ser acusados por la Organización de Estados Americanos (OEA) por espionaje, tras haber sido invitados como veedores del proceso electoral en Bolivia.
El presidente de la OEA, Luis Almagro dijo que recibieron la denuncia sobre espionaje y confirmaron que ni Ustarroz ni Euguren eran técnicos con capacidades de veedores ni conocimiento en el proceso electoral, por lo que su presencia era un despropósito.
La acusación más grave, sobre todo considerando que hoy Euguren es director del Programa de Protección de Testigos en nuestro país es que “Había mucha información confidencial, con pruebas testimoniales y personas a las que había que proteger. Esa información no la puede estar agarrando cualquier persona”, según el presidente de la OEA.
La OEA no se equivoca, Euguren ya habia sido funcionario en la Dirección Operacional de Inteligencia contra el Terrorismo y Delitos contra el Orden Constitucional. Notese que el conflicto en Bolivia se centraba en la violación de la constitución por parte del ex presidente Morales con el fin de poder ser electo un cuarto mandato, algo que la constitución boliviana prohibe.
Gerónimo Ustarroz y Santiago Euguren no fueron los únicos argentinos cuya presencia en Bolivia generó rechazo por nuestro país vecino. El dirigente piquetero Grabois también viajó a ese país para apoyar a Evo Morales y fue repudiado junto a sus punteros acompañantes por ciudadanos bolivianos, la situación fue grabada.
Independientemente de lo que pasa en Bolivia, Argentina es el segundo país del mundo con mayor presión fiscal contra sus ciudadanos, la clase trabajadora argentina no puede mas de pagar impuestos, la recaudación disminuye con el poder adquisitivo y proporcionalmente al enojo de los contribuyentes. En nuestra propia ciudad la municipalidad no sabe cómo suplicar el pago de tasas y la clase política sigue derrochando dinero en desplazamientos en helicóptero y turismo aventura para interferir en países que están económicamente mejor que el nuestro.
Los fondos para financiar la campaña en Bolivia no fueron privados, no salieron de la soja de Wado de Pedro (que igualmente se financia con fondos públicos), ni de ninguna otra fuente más que dinero público. Estas son las prioridades de nuestra clase política, que tiene más en común con las clases políticas de otros países que con sus propios ciudadanos, algunos de los cuales en nuestra ciudad viven sin agua potable, con cloacas tapadas, sin luz ni asfalto.