Mercedes: EDEN exige USD $70.000 a emprendedor para funcionar y frena creación de empleo para 10 familias
Mercedes, Buenos Aires – Mientras la economía argentina lucha por recuperar su capacidad productiva, una decisión cuestionable de la empresa de energía EDEN amenaza con frustrar la generación de empleo genuino en la ciudad bonaerense de Mercedes.
Este blog logró contactar con Jorge Heredia, propietario de un molino ubicado en la zona rural del partido, quien relató una situación que ha despertado preocupación en la comunidad. Según explicó, EDEN le exige un desembolso de USD 70.000 para habilitar el suministro eléctrico, aún cuando ya existe infraestructura de cruce de energía disponible en el lugar. La alternativa, si no se realiza ese pago, sería iniciar un trámite que tardaría seis años, postergando cualquier posibilidad de funcionamiento hasta 2031.
Heredia, emprendedor que ya ha realizado importantes inversiones en infraestructura, planos habilitados y homologaciones técnicas, ofreció dos soluciones viables: aprovechar el cruce de energía ya existente o tomar provisión desde instalaciones eléctricas adyacentes, ambas técnicamente sólidas y con menor impacto económico. Sin embargo, EDEN rechazó ambas alternativas, insistiendo en una solución costosa y de compleja ejecución.
La consecuencia directa de esta postura es alarmante: se encuentra bloqueada la creación de al menos 10 puestos de trabajo directos, con proyección de crecimiento en el corto y mediano plazo. Además, se impide el desarrollo de una cadena de empleo indirecto en transporte, logística y servicios conexos. En términos productivos, el molino tiene capacidad inicial para generar el 10% del volumen que produce actualmente Molino Core, una de las plantas más relevantes de la zona.
El caso ha encendido las alarmas en la comunidad, que observa cómo una empresa con funciones públicas actúa, en la práctica, como obstáculo para el desarrollo local. Mientras se multiplican los discursos institucionales en favor del trabajo y la inversión, esta realidad demuestra que muchos emprendedores deben enfrentar barreras arbitrarias y decisiones corporativas que paralizan el esfuerzo privado.
El molino de Heredia no es un simple proyecto: es una fuente de dignidad y sustento para familias que necesitan trabajar. Sin embargo, hoy está detenido, no por falta de voluntad o inversión, sino por una exigencia que roza el absurdo y revela una desconexión preocupante entre los proveedores de servicios esenciales y las verdaderas necesidades del país.
¿Quién se hace responsable por impedir que una inversión productiva avance? ¿Cuántos otros casos similares permanecen en silencio por miedo a represalias o por no tener visibilidad?
Argentina no saldrá adelante mientras quienes crean trabajo sean tratados como un problema en lugar de ser reconocidos como parte de la solución. En Mercedes, una oportunidad concreta de desarrollo está siendo asfixiada por la intransigencia. La pregunta ya no es técnica, sino ética.

