Terror en Servicio Local y Juzgado de Familia: Hogares destrozados y abuso de menores

Dada la cantidad de familias que se pusieron en contacto con Noticias Mercedes y el espacio que merecen sus testimonios, no es posible una nota que incluya a todos los casos de corrupción en el juzgado de familia N° 1, Servicio Local y Servicio Zonal, que serán descritos en diferentes artículos dedicados, siendo este el primero.

Los casos describen situaciones más que dramáticas, con familias destruidas arbitrariamente, menores en medidas de abrigo brutales, encubrimiento de abusos sexuales por el propio personal del Servicio Local y mucho más.

Los funcionarios implicados en casi todos los casos, incluyendo en este y los próximos,  incluyen al juez de Familia Rodolfo Sheehan, la coordinadora del Servicio Local Constanza   Varela,  la Trabajadora Social Romina Gira, la coordinadora del Servicio Zonal Viviana Barsotti, entre otros funcionarios judiciales y de niñez.

El primer caso es el del vecino Julio Cesar Zicker, padre de dos nenas  quienes en esta publicación son identificadas como Agustina (Actualmente 13) y Maria (Actualmente 17) para preservar sus identidades.

Agustina se está muriendo bajo una medida de abrigo brutal siendo literalmente devorada por una infección que data de un año atrás y hasta la fecha.  A causa de esto uno de sus riñones murió y el otro está seriamente comprometido por una bacteria que no está siendo tratada. Además, presenta un dificil cuadro de desnutrición.

Desde el Servicio Local y el Juzgado restan total importancia a la situación a pesar de la desesperación de la familia.

Agustina nació con una patología congénita llamada Mielomeningocele e inmediatamente fue trasladada al hospital de niños Sor Maria Ludovica de La Plata donde permaneció internada 40 días.

En ese hospital se le practicaron dos intervenciones complejas y tras su alta, los padres recurrieron al hospital Blas L. Dubarry solicitando una ambulancia para el retorno de la beba a Mercedes. El hospital instruyo a la familiia a solicitar la ambulancia al Servicio Local.

El servicio local respondió pagándoles los boletos de colectivo para traer a su beba con dos intervenciones quirúrgicas en transporte público.

Desde entonces las relaciones entre el Servicio local y la familia se mantuvieron tensas.

Meses después, desoyendo a los médicos tratantes, el Servicio local  comenzó  a tomar complicaciones propias de la patología de la niña para acusar y hostigar a la familia. El primer argumento fue el bajo peso de Agustina aunque los médicos aclararon que se trataba de una condición patológica. Pero cuando los padres tuvieron que llevar a su hija al hospital por neumonía, el Servicio Local tomó una medida de abrigo de 40 días en los cuales la menor pasó los días con otra familia.

Sin el tratamiento adecuado que recibía en su casa, tras finalizar la medida de abrigo sus padres debieron buscar a Agustina en el hospital, con menos peso que el que tenia cuando fue apartada de su hogar, y tras el alta por otra neumonía adquirida durante el abrigo.

Fue en esta etapa cuando en respuesta Cesar realizó la primera denuncia contra el Servicio Local ante la fiscalía, lo que generó que el Servicio Local asuma al padre como un enemigo personal a quien hay que combatir y castigar aunque cueste la vida de su hija.

Coordinadora del Servicio Local de Mercedes, Constanza Varela.

A medida que se tomaban medidas de abrigo, el Servicio Local difamaba al padre a nivel social, incluyendo en los ámbitos educativos de sus hijas, calificandolo de violento por haber reclamado desesperado, y según él mismo reconoce a los gritos, por la vida de su hija. Esto a pesar de que el padre demostró un control sobrehumano (Principalmente porque tiene otra hija a la que cuidar) limitándose a los mismos procedimientos legales que están matando a su hija.

Al año del nacimiento de Agustina, César denunció a la madre de sus hijas por negligencia en el cuidado de la niña. Tras una serie de denuncias terminaron por asignarle a Cesar la tenencia de sus hijas por hechos muy graves relacionados a la madre y su entorno.

Entre las personas del entorno se encontraba un chofer del Servicio Local quien había cometido abuso sexual contra una de las menores.

Insólitamente  el secretario de la UFI  N° 2 Sebastian Jauregui mantuvo una reunión extraoficial con la coordinadora del Servicio Local Constanza Varela, tras la cual opero judicialmente para encubrir ese caso de pedofilia por parte de personal del Servicio Local. Jauregui cerró el caso alegando que “No se puede individualizar al chofer” que cometió el abuso, le negaron a la víctima cámara Gesell, y cerraron el caso dos meses tras ella cumplir la edad mínima para poder solicitar cámara Gesell por su propia voluntad.

Esta segunda denuncia por abuso sexual contra menores por parte del personal del Servicio Local reafirmo la postura por parte de las funcionarias de ese organismo de destruir a la familia a cualquier precio y destruir la imagen del padre con el fin de restarle legitimidad a las denuncias.

Se organizó entonces en el Servicio Local una operación que consistía en prometerle a padre e hija transporte al hospital Sor Ludovica. El transporte finalmente no se presentaba,provocando que la paciente pierda el turno. Esta operación es hasta hoy uno de los principales argumentos del Servicio Local contra la familia, acusándola de no haberla llevado al hospital.

Lo mismo hicieron posteriormente con un cronograma de cuidados, donde se informó al personal que Cesar debía cuidar a su hija a las 14:00, mientras que a él se le notificó a las 19:00 con la finalidad de exponerlo como padre negligente. 

Son muchas las familias que coinciden en operaciones del Servicio Local mediante notificaciones tardías o que nunca fueron entregadas para procurar incumplimiento por parte de las familias en la mira y así poder acusarlas.

Un día Cesar noto que Agustina no tomaba agua y la llevó  al hospital Dubarry, donde se le diagnosticó insuficiencia renal agudizada y para tratar esto buscaron cama en un hospital especializado. Finalmente fue trasladada al Hospital Sor Ludovica.

Insólitamente Constanza Varela del Servicio Local envió un escrito al juzgado acusando a César de haber robado a la menor del Hospital Blas L. Dubarry y haberla trasladado al hospital Sor Ludovica.

Esta falsa denuncia le costó al padre una orden de restricción perimetral hacia sus dos hijas siendo que él era el único al cuidado de la niña internada ya que la madre había hecho abandono de las menores dos años antes.

Bajo ese pretexto el Servicio Local intentó restaurar la tenencia de las menores a su madre. Cesar evitó esa operación denunciando ante la fiscalía, pero no logró evitar que el Servicio Local trasladará nuevamente a Agustina desde un hospital donde acababa de recuperarse nuevamente, al Blas L. Dubarry, donde carecían de los medicamentos requeridos por Agustina, y contrajo una nueva infección intrahospitalaria que deterioró más su salud. Lo más grave es que en el Hospital Dubarry no podían constatar resultados por falta de hemograma.

Teniendo 10 años, Agustina sufrió una fractura de fémur. Cesar la llevó al hospital y ni él ni su hija podían explicar cómo pasó, porque los pacientes con la enfermedad mielomeningocele no tienen sensibilidad, no saben cuando se lastiman.

El Servicio Local intervino nuevamente exigiendo una medida de abrigo por 180 días supuestamente en un hogar de alta complejidad que finalmente resultó ser una institución principalmente para patologías mentales ajenas a la patología de Agustina.

Esta fue la medida que hoy pone en peligro la vida de Agustina. Aquella medida de 180 días terminó por prolongarse en el tiempo hasta la actualidad, privando a Agustina de acceder a retiradas solicitudes de traslado al hospital Sor Ludovica, el hospital que desde su nacimiento supo afrontar de manera avanzada los problemas de salud de Agustina.
Audio entre Cesar Zicker y Viviana Barsotti, Coordinadora del Servicio Zonal encargado de supervisar al Servicio Local.


Agustina además de estar muriéndose, con un riñón inutilizado y otro atacado por bacterias, está sufriendo un dificil cuadro de desnutrición, mantenida desescolarizada. Desde hace 3 años está encarcelada,  sin haber salido a la calle más que en ambulancia, viviendo entre gritos y hechos perturbadores de otros pacientes (Niños y adultos) que sí padecen patologías mentales, donde le roban los juguetes y ropa que Cesar le lleva.

En la actualidad el rechazo al traslado no es por capricho de los funcionarios, la situación se prolonga mientras intentan encubrir la cadena de falencias y corrupción. Las evidencias de César Zicker contra los funcionarios son irrefutables e incluyen hasta falsificación de firmas y de informes médicos.

Juez de Familia Rodolfo Sheehan.

Sus riñones desde entonces sufrieron una infección tras otra, uno dejó de funcionar y en la actualidad su otro riñón también está infectado.  La vida de Agustina está realmente comprometida.

El hogar de abrigo actual San Francisco de la Virgen de la Merced se niega sistemáticamente a informar al padre sobre la salud de Agustina, otro de los viejos reclamos del padre, a quienes niegan información sobre la salud de su hija, con el fin de ocultar el deterioro de su condición médica.  

Desde el juzgado de familia N° 1, juez Rodolfo Sheehan, y desde el Servicio Local Constanza Varela temerosos de que la situación de Agustina sea confirmada, persisten en evitar su traslado y hasta eliminaron del expediente las visitas del padre a su hija para simular abandono.

El Juez Rodolfo Sheehan, exige lo imposible: Concretamente que un médico viole la etica asegurando que si Agustina es trasladada mejorará. Algo que ningun medico por ética jamas haria.

Sin embargo y a pesar de todo, el anuncio de denuncias contra los funcionarios del Servicio Constanza Varela y el juez Roldof Sheehan entre otros, está uniendo a muchos padres, incluyendo a Cesar, detrás de estrategias colectivas que abarcan desde acciones judiciales conjuntas a mediáticas.

Cabe aclarar que la historia de César debería incluir muchos otros detalles que fueron omitidos para proteger evidencias presentes en la estrategia judicial para salvar a Agustina y porque incluirlos sería caer en una historia interminable que disuadiria su lectura.

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