Extorsión con armado de causa de pedofilia por denunciar medida de abrigo contra su hija (Audio)

Desde hace años, el vecino de Mercedes Julio César Zicker lucha contra una medida de abrigo ejecutada por el Servicio Local de Mercedes, a cargo de Constanza Varela, y del Juzgado N°1 a cargo del juez Rodolfo Sheehan.

La hija de Julio Zicker es víctima de una medida de abrigo tomada hace 3 años, y durante la cual uno de sus riñones dejó de funcionar, mientras que el otro sufre infecciones permanentes por la falta de cuidados. 

Es que la niña sufre de la enfermedad mielomeningocele que afecta partes vitales, a pesar de lo cual el servicio local de Mercedes y el juez Sheehan decidieron encerrarla en el instituto psiquiátrico San Francisco de la Merced, en el partido de 3 de Febrero (pese a no sufrir patología psiquiátrica), donde su salud no deja de deteriorarse. La menor de 13 años  además llegó a una condición de analfabetismo y está desescolarizada, aunque esto a pesar de la gravedad es el menor de los problemas ante un riesgo real de muerte.

Su padre desde hace años está inmerso en una guerra contra las autoridades de Mercedes, exigiendo que su hija sea trasladada al hospital Sor Ludovica de La Plata, donde la menor siempre fue mantenida estable y exitosamente recuperada ante los incidentes propios de su enfermedad.

El servicio local de Mercedes, el Juzgado N°1 y el hogar de abrigo, se niegan desde hace años a trasladar a su hija al hospital Ludovica para ser tratada, porque de ser así, se conocería su grave deterioro de salud, que incluye un riñón muerto. En cambio, el servicio local insiste en lograr la adoptabilidad de la menor, para que termine encerrada en el hogar eternamente, ya que el personal del servicio local sabe que una niña en silla de ruedas y con un corto pronóstico de vida no es la primera opción para adoptantes potenciales.

No se trata ni más ni menos que literalmente una lucha por la vida de la menor. Una lucha en la que las autoridades están procurando su muerte para tapar una gigante bola de nieve de falencias mientras intentan impedir a toda costa la intervención del padre o del hospital de cabecera de su hija.

El día 8 de agosto del 2022, Noticias Mercedes publicó la historia bajo el título “Terror en Servicio Local y Juzgado de Familia: Hogares destrozados y abuso de menores”.

Días después de esa nota, Zicker se presentó junto a su abogado en el hogar San Francisco de la Merced, donde su hija está encerrada. La visita resultó en una gran desgracia para el matrimonio de  directores de la institución, la Dra. Gisela Rositto y el Dr. Elvio Formica, porque coincidió con una visita realizada por parte del equipo del Juzgado N°1, ambas partes planeaban legitimar el encierro de la menor.

Pero la presencia del padre y su abogado fue clave porque descubrieron que tanto la Dra. Gisela Rossitto como su esposo, el Dr. Elvio Formica, usurparon los títulos de especialistas y se entrevistaron con el juzgado sin la presencia de los médicos nefrólogos (Especialistas en riñones) tratantes de la niña, como había sido ordenado en el expediente.

 En otras palabras, el hogar San Francisco  de la Merced y el personal del Juzgado N°1, pretendían generar un nuuevo informe falso para el expediente (Anteriormente ya fueron presentados informes falsos). Afortunadamente Zicker y su abogado notaron la operación y la denunciaron en el expediente junto a otras irregularidades, pero principalmente expusieron la ausencia de los verdaderos médicos tratantes de Sofia.

En aquella visita, Zicker le regaló a su hija un nuevo celular para mantener una relación más fluida. Pero para su sorpresa, al día siguiente su hija no respondía el teléfono, por lo que el padre se comunicó con la dirección del hogar para saber por qué su hija estaba incomunicada.

El Dr. Formica entonces, justificó la incomunicación de la menor mientras lanzó una acusación intolerable, cruzando todos los límites, y a su vez evidenciando la perversión a la que la menor está expuesta y sometida.

Según el Dr. Formica, no se le permitía a la menor usar su celular, porque el padre la había llamado para decirle “Que lindas tetitas”, “Que linda boquita”, lanzando una clara extorsion con un armado de causa por el gravisimo delito de pedofilia.

Afortunadamente Zicker, con amplia experiencia lidiando con funcionarios públicos, grabó esa conversación, en la que Formica además asegura tener una grabación que registró los supuestos dichos de Zicker contra su hija.


De inmediato Cesar y su abogada, exigieron en el expediente que dicha grabación sea presentada, algo que no ocurrió ni podrá ocurrir.

Las graves palabras del Dr. no fueron acompañadas de ninguna denuncia judicial, y solo se usaron para ensuciar aún más al padre en el expediente en el que lucha por el traslado de la menor al hospital Sor Ludovica. De haber sido cierto, la grabación que el Dr. Formica afirma custodiar ya hubiese sido presentada en fiscalía con la denuncia correspondiente, o estarían incurriendo en un caso  grave de incumplimiento de deber de funcionario público.

Noticias Mercedes accedió al registro de llamadas de César Zicker, confirmando que no existió comunicación entre él y su hija el día en que según Formica, fueron dichos los comentarios de carácter pedófilo. De hecho ese día, el padre se comunicó con el hogar justamente porque no podía comunicarse con la menor.

Tanto el hogar como el juzgado no disimularon al manifestar su furia con la visita de César y su abogado, por haber servido para evitar un fraude por parte del hogar. El hogar plasmó en el expediente que la visita fue violenta y solicitó una permitral. El juez Rodolfo Sheehan también calificó la visita de riesgosa para la menor y castigo duramente a Cesar aceptando la solicitud de perimetral por parte del hogar, para que no pueda ver más a su hija.

La medida de Sheehan no tiene ningún sentido, y viola sus propias ordenes en el expediente ya que Cesar no tenía ninguna restricción para visitar a su hija. Al visitarla no hizo nada que no le estuviese permitido por el propio juez Sheehan.

La permitral contra Cesar es también una represalia por haber denunciado publicamente el caso de su hija y por comenzar una batalla mediatica (Porque la judicial hasta ahora no sirve).

Por otro lado, la supuesta conversación telefónica, que implicaría un delito gravísimo, no fue reportada a la justicia penal ni por el hogar, ni por el servicio local, ni por el Juzgado N°1 y hasta el momento no se notificó que el hogar haya proporcionado ninguna grabación.

Sin embargo lo peor para el padre, que se encuentra en una situación desesperada, es pensar a qué clase de persona se le ocurriría inventar en este contexto frases como “Que lindas tetitas” refiriéndose a su hija de 13 años. La primera reacción de Zicker fue decir “Este hijo de puta le mira las tetas a mi hija”.

En efecto, fue el propio Dr. Formica quien expone su propio grado de perversión, y que intentó adjudicar al padre de la niña internada bajo su abrigo. 

Esto es especialmente grave, porque el hogar San Francisco de la Merced alberga a cientos de menores en condiciones de vulnerabilidad, expuestos al Dr. Elvio Formica, que por sus propios dichos genera sospechas sólidas de pedofilia. Pues es muy común que personas con perfil de abusadores sexuales adjudiquen esta característica a otros, en su afán por desprenderse de la misma. Mientras que también es lógico, que una persona que invente esas frases realmente las piense teniendo en cuenta especialmente el contexto tan serio en el que fueron dichas.

Ahora Cesar, no solamente está desesperado por la vida de su hija, sino por el acoso de pensamientos sobre lo que podrían estar haciéndoleAlgo que sería compatible con la insistencia del hogar, del Servicio Local y Juzgado N 1 en evitar que la menor sea trasladada a un centro de salud, donde, esperemos que no, podrían revelarse abusos contra la menor, además de su grave deterioro de salud ya confirmado.

Este nuevo incidente extorsivo en medio de la guerra por la vida de la menor, es solamente una evidencia más de muchas, del afán de las autoridades por intentar justificar a cualquier precio una medida de abrigo que está conduciendo a una niña a su muerte.

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